De Noche Los Gatos Son Pardos Pelicula

De Noche Los Gatos Son Pardos Desvergonzada y tierna, excitante y cómica, oscura y errática «De noche los gatos son pardos» homenajea la tradición del cine underground y queer, la poética del fantástico de Apichatpong Weerasethakul y las deconstrucciones humorísticas del policíaco que han llevado a cabo directores como Bruno Dumont.


El derecho a perderse y a sentirse perdido en la vida, en la creación cinematográfica y en el sexo es el motor que mueve la ópera prima de Valentin Merz, Mención especial a la mejor primera película en el Festival de Locarno. Arrancamos en el rodaje de una película libertina en los bosques suizos para, tras la misteriosa desaparición del director, acabar en la jungla mexicana, donde perviven las «muxes», una expresión de identidad trans propia de la cultura zapoteca.

La película podría centrarse en un grupo de personajes cuyas vidas se entrelazan de manera inesperada durante la noche, un momento en el que la verdad y las emociones a menudo salen a la luz. Podría explorar temas como los secretos, las relaciones complicadas y las decisiones que pueden cambiar el curso de la vida.

Imaginemos una trama en la que varios individuos, cada uno con su propia historia y motivaciones, se encuentran en una serie de eventos nocturnos. A medida que la historia se desarrolla, se revelan conexiones sorprendentes entre los personajes, desvelando verdades ocultas y desafíos que deben superar.

De noche los gatos son pardos juega con estas referencias e intenta llevarlas un poco más allá, difuminando la separación entre la historia narrada y la forma en que se narra. La historia tiene que ver, cómo no, con el rodaje de una película, cuyo equipo se reúne en el bosque para grabar escenas en apariencia inconexas, con el tema principal de la exploración de sus respectivos cuerpos (mediante el olor o el contacto directo). De repente, el director desaparece, nadie lo encuentra, la policía interviene y al final hallan su cadáver. La investigación, sin embargo, no prospera, y algunos de los actores toman medidas por su cuenta, además del operador de cámara, amante del director fallecido. Todos ellos se interpretan, hasta cierto punto, a sí mismos. Valentin Merz es actor y director y así lo es también su alter ego en la pantalla, al igual que el mencionado operador o los actores. Todos mantienen sus nombres y profesión respectiva, aunque, huelga decirlo, en aras de la ficción interpretan un papel ajeno a su propia personalidad.

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