«Víctimas de la opulencia», de Mariano Azuela🎙️🏜️| cuento completo | AUDIOLIBRO / AUDIOCUENTO



Una mujer humilde llega a su casa con la terrible noticia de que su hijo pequeño ha fallecido. Pese a la tristeza y el dolor, debe …

«Víctimas de la opulencia» es un cuento del famoso escritor mexicano Mariano Azuela, conocido por obras como «Los de abajo» y «Los caciques». En este cuento, Azuela nos sumerge en el mundo árido y despiadado del desierto del norte de México, donde la opulencia y la riqueza contrastan con la pobreza y la desigualdad.

La historia gira en torno a un grupo de campesinos que, cansados de la explotación de los terratenientes, deciden levantarse en armas para reclamar sus derechos y luchar por un mejor futuro. Con una prosa ágil y envolvente, Azuela nos lleva por los caminos polvorientos de la revolución, mostrando el sacrificio y la valentía de aquellos que luchan por un ideal de justicia y equidad.

A través de personajes entrañables y situaciones desgarradoras, «Víctimas de la opulencia» nos sumerge en un mundo de injusticias y desigualdades, mostrándonos la cruda realidad de aquellos que viven al margen de la sociedad. Con una mirada crítica y comprometida, Mariano Azuela nos invita a reflexionar sobre las consecuencias de la opulencia y la importancia de luchar por un mundo más justo y equitativo.

Este audiolibro o audiocuento nos permite adentrarnos en la narrativa de Mariano Azuela de una forma única y envolvente, permitiéndonos disfrutar de su talento literario mientras reflexionamos sobre las temáticas sociales y políticas que aborda en su obra. Sin duda, «Víctimas de la opulencia» es un relato que sigue vigente en la actualidad, resonando en los corazones de aquellos que buscan un mundo más justo y solidario. [Música] Víctimas de la opulencia de María noz suela la desvencijada puerta parecía ceder de un momento al otro empujada por el furioso ventarrón sus podridas Maderas crujían como gemidos humanos y el aire se colaba chorros era un cuartucho desmantelado y sucio en una cazueleja rota una Mecha de ceos silaba su Flama

Macilenta y rojiza sacudida instantes por la locada danza del aire que entraba por resquebrajadas y rendijas a punto de extinguirse totalmente a mitad del cuarto sobre rústica mesita de encino reposaba el angelito casi cubierto de flores desprendiendo un aroma sofocante le quedaba al descubierto la cabecita como botón tronchado en su

Tallo una cara enjuta terrosa y apergaminada los cabellos untados a la frente y a los carrillos mojados todavía los ojos entreabiertos en dos sondas cuencas [Música] violáceas cuando se oyó un lejano reloj público dando las 7 una mujer que estaba acurrucada al pie de la mesa se levantó

Sollozando se echó el reboso a la cabeza y se inclinó sobre el cuerpo rígido del muertecito puso sus labios sobre la piel reseca y helada y así permaneció algunos segundos sacudida por el llanto y como si quisiera comunicarle el propio calor de su sangre se alejó poco a poco indecisa como

Borracha pero ya en las calles caminó con rapidez sin sentir el cierzo invernal que atera las carnes ni la arena menuda levantada por el ventarrón que le azotaba la cara más intenso más profundo era el otro dolor que la iba destrozando seguí a prisa a con el alma ech agarras y el corazón

Partido por el remordimiento moderó su paso ya en las calles más céntricas de la ciudad y al llegar al pórtico de una arrogante mansión se detuvo bruscamente qué hacía tanto mujer que el niño ha despertado y la señora tuvo que batallar con él Hasta que se durmió le entretuvimos con puras

Mentiras la recamar era un derroche de gracia y de lujo tapicerías con muñecos animales y juguetes pintados una gran lámpara de gruesos cristales y armazón de plata oxidada difundía discretamente su tibia Claridad sobre las alfombras de color verde Nilo sobre los cortinajes de musgo apagado y sobre los damascos y peluches

Rojos reverber las columnitnas de la camita del niño entre un torbellino de encaje se levantaban vaporosos formando una nube y cerrando en pabellón por todos [Música] lados reproduciéndose en las lunas distribuidas profusamente en los muros la mujer se acercó de puntillas y entreabrió las gasas el bebé dormía como un

Ángel sus mofletes del color de las rosas se parecían a los del niño Dios de la parroquia siempre se murió el tuyo volvió su rostro ajado y nada respondió a la ama de llaves que le interrogaba esta se alejó levantando con indiferencia los hombros piaron los no enses en el

Corredor en las azoteas mauo un gato y el reloj prosiguió imperturbable su Tic Tac todo igual todo como siempre aquí no ha pasado nada uno de los mimados del destino de los que desde que nacen viven a expensas de Vidas ajenas Qué importa que la madre sea joven hermosa y

Robusta si hay muchas vacas humanas que se alquilan para sustituirla y con creces la madre joven y rica no destruirá los encantos de su cuerpo ni prescindirá de sus Caprichos de mujer desocupada y ociosa si por algunas cuantas monedas obtiene otros senos pletóricos de sabia para su

Hijo no sabe ni quiere saber que un ser humano indefenso va a ser sacrificado bárbaramente en aras de su olgasan ería y de su vanidad porque con dinero paga lo que por dinero se vende su elástica moral burguesa está amparada por el cura gordin flon que dirige su

Conciencia y Comparte el chocolate con las damas de alcurnia en uno de esos momentos luminosos que pasan como Relámpagos Fugitivos hasta en las inteligencias más obtusas la pobre mujer tuvo la visión de la eterna injusticia de la vida el sacrificio del hijo de la gleva en aras del placer del

Próser no solo Se le pide el sudor de su frente y el aniquilamiento de sus fuerzas en trabajos brutales sino lo más sagrado que debería ser para él la vida de sus propios hijos por el rico y para el rico la madre será peor que la Loba y que la misma

Serpiente les robará la sabia de su pecho rebosante y pletórico de vida para ofrecerlo al niño del [Música] poderoso una llamarada de indignación le quema el alma sus manos se agitan convulsas cuando un pensamiento espantoso pasa por su imaginación calenturienta cuando rememora escenas pasadas pero su conciencia no está tampoco muy

Quieta Por qué se dejó fuscar por el ofrecimiento de un puñado de monedas mucha comida comodidades y holganza abandonando al hijo que con sus senos llenaba de salud y de vida Cuando quiso corregir su error ya era tarde La llamaron para que fuera a verlo después de muchos meses de [Aplausos]

Ausencia y de su humilde casucha a las orillas de la ciudad regresó llorando y transida de dolor su hijito triste momia perdida entre unos helados pañales con su cara envejecida muy arrugada y doliente con sus ojos apagados y quebradizos donde apenas quedaban señales de vida imprudente nuestro bebé se va a enfermar

Con tantos lloriqueos y se le prohibió termina blemente volver a su niño en vano la pobre madre protesta y hace venir al marido sea por Dios hija le debemos muchos favores al amo y no nos podemos negar y desde entonces no había vuelto a ver a su

Hijito hasta esa noche escen que por compasión una vieja criada le facilitó la escapatoria mientras los señores recibían cogerlo por el cuello y allí mismo ahogarlo chocaron sus dientes una oleada de sangre bañó su cabeza se le crisparon las manos y sus oídos zumbaron con los ojos espantosamente abiertos se acercó Más

Aún el bebé se removió en su blando lecho abrió los ojos y reconociendo a su nana le sonrió dulcemente quedándose instantáneamente dormido otra vez y una vez Se repitió el milagro de la inocencia que triunfa las manos de la mujer aflojaron sus brazos cayeron lánguidamente de uno y otro lado de su

Cuerpo se incó sobre la alfombra resignadamente santamente inclinó su cabeza Sobre la del niño y mojándolo besó con amor [Música] an

libroteca la plata

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